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Hacer visible lo invisible-Agua Segura

Por Manuel Sauri – Director Ejecutivo de Agua Segura

Cuando pensamos en la importancia del agua para nuestra vida y desarrollo, seguramente imaginemos los ríos, mares y lagos que nos alimentan, dan energía y recreación. Si vamos un poco más allá, tal vez reflexionemos sobre la importancia de los humedales y ecosistemas que trabajan mitigando los efectos del cambio climático. Pero hay un lugar donde se concentra prácticamente toda el agua dulce líquida del planeta: debajo de la tierra.

Las aguas subterráneas tienen una enorme trascendencia para la sociedad humana. Su gestión sostenible y su protección son esenciales para garantizar la seguridad hídrica, la producción de alimentos, el abastecimiento de agua potable y la salud de los ecosistemas.

Aguas subterráneas: el recurso invisible que sostiene la vida

Acceder al agua segura es un derecho humano fundamental. Tan solo debemos recordar “el ciclo del agua” que aprendimos en la escuela para entender que lo que hacemos sobre la superficie repercute directamente bajo ella. Si el proceso de circulación del agua se interrumpe, los ecosistemas terrestres pierden su equilibrio, y con ellos, los acuíferos se deterioran.

Según datos de UNESCO, más del 95% del agua dulce líquida disponible en el mundo es subterránea, y se estima que el 50% de la población mundial depende de ella para consumo doméstico.

Estos reservorios naturales abastecen no solo nuestros hogares, sino también sistemas de saneamiento, industrias, y sobre todo, el sector agrícola.

Agricultura y acuíferos: una relación crítica

La agricultura es el mayor consumidor de agua dulce del planeta. De acuerdo con la FAO, alrededor del 40% del agua utilizada para riego a nivel mundial proviene de acuíferos. Y se estima que para alimentar a una población global de 9 mil millones en 2050, la producción de alimentos deberá aumentar un 60%.

Sin embargo, el uso excesivo de aguas subterráneas para regadío puede llevar a su agotamiento, reducción del caudal de ríos, y pérdida de humedales. Además, si se contaminan con agrotóxicos, fertilizantes u otras sustancias, se pone en riesgo su calidad y se generan impactos negativos en la salud pública.

Una gestión sostenible del agua en la agricultura es crucial. Adoptar tecnologías de riego eficientes, mejorar la infiltración en el suelo y reducir el uso de químicos son pasos clave para proteger este recurso invisible.

Conservación y recarga de acuíferos

La recarga de acuíferos es el proceso natural por el cual el agua de lluvia o de ríos penetra lentamente en el suelo y alcanza las capas subterráneas. Pero cuando se deforestan zonas, se compactan suelos o se urbaniza sin planificación, ese proceso se ve interrumpido.

Desde Agua Segura promovemos soluciones basadas en la naturaleza que permiten recuperar esta capacidad natural de absorción: restauración de suelos, reforestación de cuencas, conservación de humedales y sistemas de captación de agua de lluvia.

Estas acciones son parte de estrategias integradas de manejo de cuencas hidrográficas, orientadas a fortalecer la resiliencia hídrica de los territorios.

Agua subterránea y cambio climático

Las aguas subterráneas juegan un rol importante en la mitigación del cambio climático. Al mantener niveles estables en los ríos, sostienen los ecosistemas durante las sequías. También evitan la intrusión salina en zonas costeras, protegiendo las reservas de agua dulce ante la subida del nivel del mar.

Sin embargo, la crisis del agua ha exacerbado la aridez en regiones donde la única fuente de abastecimiento es subterránea. Allí, la gestión sostenible no es una opción, es una necesidad vital.

Calidad del agua: un desafío silencioso

Además del agotamiento, la contaminación de aguas subterráneas es un desafío serio. Sustancias químicas como nitratos, pesticidas, metales pesados o hidrocarburos pueden infiltrarse lentamente y permanecer años afectando la calidad del agua sin ser detectadas.

Implementar sistemas de monitoreo, mejorar la planificación del uso del suelo y fomentar la responsabilidad corporativa del agua son medidas necesarias para prevenir este deterioro.

Hacer visible lo invisible

Las aguas subterráneas no conocen fronteras. Por eso, su preservación requiere una mirada global, colaborativa y de largo plazo. Según UN Water, necesitamos políticas públicas, inversiones y participación ciudadana para hacer frente a los desafíos emergentes.

También necesitamos educación y comunicación. Porque hacer visible lo invisible es enseñar que lo que ocurre bajo nuestros pies sostiene todo lo que ocurre en la superficie. Y que sin agua subterránea no hay agricultura, ni industria, ni salud.

La base de todo desarrollo sostenible

Las aguas subterráneas son un tesoro oculto que debemos cuidar, monitorear y gestionar con responsabilidad. No solo garantizan el acceso al agua y saneamiento (WASH), sino que son la base de cualquier estrategia de desarrollo sostenible que aspire a ser justa, resiliente y duradera.

Conclusión

Estamos frente a un recurso clave para la vida. Invisibilizado por décadas, ahora exige estar en el centro de las políticas, las inversiones y la conciencia colectiva.

Hacer visible lo invisible es reconocer el valor infinito de nuestras aguas subterráneas. Y actuar en consecuencia.

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A Personal Bet and a Bet on Water-Agua Segura

By Catalina Deluchi, VP and Business Development Director at Agua Segura

For a large part of my professional life, I was linked to the corporate and marketing world. There, I learned the importance of strategy, innovation, efficiency, and brand value. However, as time passed, I began to feel that something was missing: I needed my work to also leave a positive mark on society and the planet.

This personal process led me to look closely at the great challenges of our time, and one of them moved me profoundly: the water crisis. Water is not just a natural resource: it is the foundation of life, health, food production, energy, and communities. Yet, we are facing an alarming scenario: by 2030, water demand could exceed availability by 40%. This projection jeopardizes global water security and requires urgent solutions.

In 2019, I began my journey with Agua Segura, a triple-impact company that designs and implements projects related to water access and sanitation in vulnerable communities. In 2022, I decided to take a further step: becoming a partner. This decision marked a before and after, not only professionally but also personally. Because investing in water is not philanthropy: it is a bet on the future. It is understanding that business competitiveness, economic stability, and community well-being largely depend on how we manage this vital resource.

The companies of the future must have sustainability incorporated into their DNA, and water will be a transversal focus. Without water, there is no health, development, or innovation possible. Water conservation and the promotion of sustainable water management strategies are an urgent necessity today, involving both the public and private sectors. In fact, many community water projects—including those linked to WASH (Water, Sanitation, and Hygiene)—demonstrate that generating positive impact is possible when working collaboratively.

For me, this decision is also deeply personal. It is choosing to align my values with my actions. It is trusting that from our respective places—whether as individuals, companies, or society—we can make a difference. It is also, like many women who now lead impact projects, betting on a more integrating, collaborative, and transformative vision.

One of the most powerful lessons from these years has been understanding that no project can have a real impact unless it is built from the territory, together with those who live there. At Agua Segura, we are clear about this: we work hand-in-hand with local allies, communities, and governments to identify opportunities, design adapted solutions, and ensure that the impact is lasting. This is the key to ensuring that projects are not merely interventions, but real transformations in water access and sanitation.

I also learned that challenges are not faced with prefabricated recipes, but with active listening, empathy, and co-creation. The response to water scarcity, source pollution, and lack of infrastructure requires multiple approaches: from the restoration of aquatic ecosystems and aquifer recharge, to the use of sustainable technologies and the strengthening of local capacities.

This path has not been easy. Venturing and leading in the water world involves overcoming structural barriers, cultural resistance, and, often, a lack of reliable data and information. But it also means being part of an increasingly strong network of individuals, companies, and organizations committed to change.

Today, I am proud to be part of Agua Segura and to contribute my experience to a mission I fully share: building local and sustainable solutions to one of the most pressing crises of our time. And I do so with the certainty that every effort, every alliance, and every project we implement is a seed that grows. A seed that carries not only water, but also health, dignity, equality, and opportunity.

The bet on water is, ultimately, a bet on life.

For more information check https://aguasegura.com/blog/

10 Years of Agua Segura: Lessons Learned, Challenges, and the Future of Water

By Manuel Saurí, CEO of Agua Segura

It has been an intense 10 years, filled with significant entrepreneurial, corporate, and personal experiences. A tremendous decade, full of lessons learned, challenges, achievements, and also mistakes that taught us valuable lessons. One of the most beautiful aspects was choosing to found a venture focused on water—a path that forced us to always be present, to focus on the essential, and to work with science without abandoning the art or sensitivity of connecting with the human element.

Water is not just an element: it is territory, culture, health, and opportunity. Over these ten years, we’ve come to understand that caring for water means caring for life in all its forms. We learned that every watershed, every well, every community is a universe unto itself, with its own voices, histories, and challenges. And we understood that nothing can be transformed from a distance: you have to be in the territory, listen, learn, respect, and co-create solutions with the people who live there.

A Journey Rooted in Conviction and Science

At Agua Segura, science provided us with the method: measure, understand, demonstrate. Working for water security demands an understanding of water cycles, measuring quality, diagnosing soil and environmental conditions, and planning based on knowledge. Designing solutions to the water crisis requires data, but also empathy and humility.

Technology gave us speed and scale. Thanks to filtration tools, remote monitoring, humidity sensors, and ultrafiltration systems, we managed to reach more territories more efficiently. But we also learned that no innovation is useful if it is not adapted to the local reality. That is why every solution implemented was conceived with and for the community.

Education as a Bridge

Beyond technology, one of the great pillars of these years has been education. Community workshops, school activities, and awareness campaigns helped us build trust, strengthen local participation, and foster habits of hygiene and water care. The WASH (Water, Sanitation, and Hygiene) approach was a key guide.

Throughout the years, we also incorporated art as a tool for raising awareness. Through murals, songs, games, and storytelling, we managed to connect with people on an emotional level, generating ownership and a sense of belonging around water as a right and essential resource.

Water as a Challenge and a Driver for Transformation

Starting a venture in water is not easy. It means choosing to work with deeply rooted cultures and raw, urgent needs. It means navigating situations of great sadness, but also witnessing solutions that transform lives. It means committing to long, complex processes that require patience, collaboration, and deep conviction.

During this decade, we faced contexts of extreme water stress, territories with severe pollution, communities without access to water, and scenarios of climate crisis. In all these places, we confirmed that joint work with local allies is the foundation of any successful project. Collaboration between the public sector, private sector, foundations, and citizens is essential to sustain solutions over time.

10 Years of Collective Impact

Today, as we complete ten years, we celebrate not just projects or milestones achieved, but a collective learning: that water is a driver of development, that the territory holds immense value, and that collaboration is the only viable way to face the challenges. Over these years, we implemented projects for water and sanitation access, wetland restoration, watershed reforestation, water quality monitoring, irrigation efficiency improvements, and more.

We have worked with over 1,000 communities, benefited hundreds of thousands of people, trained local leaders, and brought together young people committed to sustainable development. In every experience, we reaffirmed that real change occurs when solutions arise from the territory, respecting local voices and leveraging their knowledge.

Looking Ahead: What’s Next

The road ahead is equally challenging, but also clearer. We want to continue measuring, innovating with purpose, and, above all, being present: in the territories, with the communities, with partners, and with the new generations.

We know that the water crisis is one of the greatest global threats. Scarcity, pollution, unequal access, the loss of natural sources, and the deterioration of aquatic ecosystems require urgent responses. That is why Agua Segura is committed to Nature-Based Solutions (NBS) for water, aquatic ecosystem restoration, and aquifer recharge projects as central pillars of our agenda.

Furthermore, we promote partnerships with companies to advance Corporate Water Stewardship. The private sector plays a key role in sustainable water management and can be an active part of the change. The same applies to the role of governments and the need for public policies that prioritize water security as a foundation for human development.

Conclusion: Ten Years for Life

These ten years confirm one thing: that water is history, present, and future. And working for it is, ultimately, working for life. Water conservation is everyone’s task. Every restored well, every restored watershed, every filter installed, every workshop conducted is a small but major contribution to a more just and sustainable world.

Thank you to all the people, communities, allies, donors, and teams that made this journey possible. We are aiming for much more: with science, with art, with data, and with heart. Because water deserves it. And because the future we dream of is built drop by drop, community by community, project by project.

For more information check https://aguasegura.com/blog/

Trabajar en red: aliados locales para un impacto duradero

Por el equipo de Agua Segura

En Agua Segura estamos convencidos de que ningún proyecto puede tener impacto real y sostenible si no se construye junto a quienes conocen y habitan el territorio. La colaboración con actores locales no solo es una estrategia efectiva, sino un principio ético que guía nuestra forma de trabajo. En territorios marcados por la escasez de recursos y la vulnerabilidad social, entender el contexto y las dinámicas comunitarias es tan importante como la tecnología o la infraestructura que se implementa.

La importancia del territorio y sus voces

Los desafíos vinculados a la seguridad hídrica son complejos y requieren soluciones adaptadas a cada realidad. Por eso, trabajar con aliados locales es una parte fundamental de nuestra forma de hacer las cosas. Nos apoyamos en organizaciones, fundaciones, cooperativas y gobiernos locales que entienden la realidad del lugar y aportan una mirada clave para que las soluciones realmente funcionen.

Ellos son quienes nos ayudan a identificar oportunidades, quienes conocen las comunidades con las que trabajaremos, y con quienes diseñamos en conjunto estrategias adaptadas a cada contexto. Y, sobre todo, ellos son quienes hacen posible que el impacto permanezca en el tiempo.

Adaptar las soluciones a la realidad local

La gestión sostenible del agua exige una planificación que contemple no solo los aspectos técnicos, sino también los sociales, culturales y ambientales. Por ejemplo, instalar un sistema de recolección de agua de lluvia o mejorar el saneamiento sin comprender las costumbres de la comunidad puede generar rechazo o falta de apropiación. Por eso, antes de definir cualquier intervención, realizamos un diagnóstico participativo con los actores clave del lugar.

Escuchar a quienes habitan el territorio es el primer paso para una intervención exitosa. Muchas veces, los desafíos del agua se vinculan también con el manejo de cuencas hidrográficas, la conservación del agua en usos agrícolas o domésticos, o con problemas de acceso y calidad. Cada territorio presenta un abanico diferente de soluciones posibles, y sólo a través del trabajo colaborativo podemos elegir las adecuadas.

El rol de las organizaciones de base

Las fundaciones, asociaciones civiles, cooperativas y otras organizaciones comunitarias tienen un rol protagónico. En muchas ocasiones, son ellas quienes ya vienen desarrollando proyectos vinculados al agua, la salud, la educación o la producción local. Trabajar junto a ellas nos permite complementar saberes, fortalecer capacidades locales y garantizar que las acciones no se diluyan con el tiempo.

Estas organizaciones son también un puente fundamental con las comunidades. Facilitan la comunicación, ayudan a generar confianza y actúan como catalizadores del cambio. Además, suelen tener mayor flexibilidad para adaptarse a los ritmos locales y a las particularidades de cada zona. Son, en definitiva, guardianes del proceso y aliados estratégicos en la implementación y el seguimiento.

Desafíos compartidos, soluciones conjuntas

Porque cuando un proyecto enfrenta desafíos —y siempre los hay—, es justamente el trabajo conjunto lo que permite encontrar respuestas. La confianza mutua, el diálogo constante y la voluntad compartida de transformar nos permiten adaptarnos, destrabar obstáculos y seguir adelante. A lo largo de nuestra experiencia, hemos aprendido que los vínculos son tan importantes como los resultados.

En contextos donde el acceso al agua y saneamiento sigue siendo una deuda histórica, necesitamos impulsar proyectos comunitarios de agua con enfoque participativo. Estos proyectos no solo mejoran la infraestructura y la calidad del agua, sino que promueven la corresponsabilidad y el empoderamiento de las personas. La solución a la crisis del agua no puede ser impuesta; debe ser construida.

La sostenibilidad comienza con la apropiación local

La permanencia de los resultados depende de la apropiación por parte de la comunidad. Esto incluye tanto el mantenimiento de las tecnologías como la continuidad de las prácticas de higiene y cuidado del agua. Cuando las personas se sienten parte del proceso, cuando entienden cómo funciona una solución y por qué es importante, es más probable que la sostengan en el tiempo.

Además, promovemos talleres de capacitación en enfoque WASH (agua, saneamiento e higiene), en los que abordamos tanto cuestiones técnicas como culturales. Las soluciones basadas en la naturaleza para el agua también son un eje fundamental en nuestras intervenciones, integrando la restauración de ecosistemas acuáticos, la recarga de acuíferos y el reabastecimiento de agua como estrategias clave.

Construir redes que trascienden proyectos

Sabemos que los proyectos que realmente transforman no se hacen solos. Se construyen en red, y es este trabajo conjunto lo que logra un cambio significativo y que va de la mano con nuestro propósito: el agua como derecho, como recurso, como oportunidad. Desde Agua Segura fomentamos alianzas público-privadas, vínculos con gobiernos locales, universidades, sector privado y organizaciones internacionales que trabajan por la seguridad hídrica.

La responsabilidad corporativa del agua también encuentra su lugar en este enfoque colaborativo. Las empresas pueden ser aliadas estratégicas en la implementación de soluciones sostenibles, aportando recursos, conocimiento técnico o fortaleciendo cadenas de valor comprometidas con el desarrollo local.

Un compromiso que se construye día a día

En definitiva, nuestra experiencia demuestra que para lograr un impacto sostenible no basta con tener una buena solución técnica. Es necesario construir relaciones, respetar los tiempos del territorio, aprender a trabajar con otros y confiar en la sabiduría colectiva. Así, cada nuevo proyecto se convierte en una oportunidad para crecer juntos y asegurar que el derecho al agua sea una realidad para todos y todas.

Trabajar con aliados locales no es solo una metodología: es una filosofía. Una forma de habitar los territorios con respeto, humildad y compromiso. Es también una manera de enfrentar la crisis del agua desde lo colectivo, reconociendo que cada persona, cada organización y cada comunidad tiene algo valioso que aportar en la construcción de un futuro más justo, resiliente y sostenible.

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A Personal Bet and a Bet on Water-Agua Segura

10 Years of Agua Segura: Lessons Learned, Challenges, and the Future of Water

Trabajar en red: aliados locales para un impacto duradero