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“La voz de nuestras comunidades”

Trabajar en red: aliados locales para un impacto duradero

Por el equipo de Agua Segura

En Agua Segura estamos convencidos de que ningún proyecto puede tener impacto real y sostenible si no se construye junto a quienes conocen y habitan el territorio. La colaboración con actores locales no solo es una estrategia efectiva, sino un principio ético que guía nuestra forma de trabajo. En territorios marcados por la escasez de recursos y la vulnerabilidad social, entender el contexto y las dinámicas comunitarias es tan importante como la tecnología o la infraestructura que se implementa.

La importancia del territorio y sus voces

Los desafíos vinculados a la seguridad hídrica son complejos y requieren soluciones adaptadas a cada realidad. Por eso, trabajar con aliados locales es una parte fundamental de nuestra forma de hacer las cosas. Nos apoyamos en organizaciones, fundaciones, cooperativas y gobiernos locales que entienden la realidad del lugar y aportan una mirada clave para que las soluciones realmente funcionen.

Ellos son quienes nos ayudan a identificar oportunidades, quienes conocen las comunidades con las que trabajaremos, y con quienes diseñamos en conjunto estrategias adaptadas a cada contexto. Y, sobre todo, ellos son quienes hacen posible que el impacto permanezca en el tiempo.

Adaptar las soluciones a la realidad local

La gestión sostenible del agua exige una planificación que contemple no solo los aspectos técnicos, sino también los sociales, culturales y ambientales. Por ejemplo, instalar un sistema de recolección de agua de lluvia o mejorar el saneamiento sin comprender las costumbres de la comunidad puede generar rechazo o falta de apropiación. Por eso, antes de definir cualquier intervención, realizamos un diagnóstico participativo con los actores clave del lugar.

Escuchar a quienes habitan el territorio es el primer paso para una intervención exitosa. Muchas veces, los desafíos del agua se vinculan también con el manejo de cuencas hidrográficas, la conservación del agua en usos agrícolas o domésticos, o con problemas de acceso y calidad. Cada territorio presenta un abanico diferente de soluciones posibles, y sólo a través del trabajo colaborativo podemos elegir las adecuadas.

El rol de las organizaciones de base

Las fundaciones, asociaciones civiles, cooperativas y otras organizaciones comunitarias tienen un rol protagónico. En muchas ocasiones, son ellas quienes ya vienen desarrollando proyectos vinculados al agua, la salud, la educación o la producción local. Trabajar junto a ellas nos permite complementar saberes, fortalecer capacidades locales y garantizar que las acciones no se diluyan con el tiempo.

Estas organizaciones son también un puente fundamental con las comunidades. Facilitan la comunicación, ayudan a generar confianza y actúan como catalizadores del cambio. Además, suelen tener mayor flexibilidad para adaptarse a los ritmos locales y a las particularidades de cada zona. Son, en definitiva, guardianes del proceso y aliados estratégicos en la implementación y el seguimiento.

Desafíos compartidos, soluciones conjuntas

Porque cuando un proyecto enfrenta desafíos —y siempre los hay—, es justamente el trabajo conjunto lo que permite encontrar respuestas. La confianza mutua, el diálogo constante y la voluntad compartida de transformar nos permiten adaptarnos, destrabar obstáculos y seguir adelante. A lo largo de nuestra experiencia, hemos aprendido que los vínculos son tan importantes como los resultados.

En contextos donde el acceso al agua y saneamiento sigue siendo una deuda histórica, necesitamos impulsar proyectos comunitarios de agua con enfoque participativo. Estos proyectos no solo mejoran la infraestructura y la calidad del agua, sino que promueven la corresponsabilidad y el empoderamiento de las personas. La solución a la crisis del agua no puede ser impuesta; debe ser construida.

La sostenibilidad comienza con la apropiación local

La permanencia de los resultados depende de la apropiación por parte de la comunidad. Esto incluye tanto el mantenimiento de las tecnologías como la continuidad de las prácticas de higiene y cuidado del agua. Cuando las personas se sienten parte del proceso, cuando entienden cómo funciona una solución y por qué es importante, es más probable que la sostengan en el tiempo.

Además, promovemos talleres de capacitación en enfoque WASH (agua, saneamiento e higiene), en los que abordamos tanto cuestiones técnicas como culturales. Las soluciones basadas en la naturaleza para el agua también son un eje fundamental en nuestras intervenciones, integrando la restauración de ecosistemas acuáticos, la recarga de acuíferos y el reabastecimiento de agua como estrategias clave.

Construir redes que trascienden proyectos

Sabemos que los proyectos que realmente transforman no se hacen solos. Se construyen en red, y es este trabajo conjunto lo que logra un cambio significativo y que va de la mano con nuestro propósito: el agua como derecho, como recurso, como oportunidad. Desde Agua Segura fomentamos alianzas público-privadas, vínculos con gobiernos locales, universidades, sector privado y organizaciones internacionales que trabajan por la seguridad hídrica.

La responsabilidad corporativa del agua también encuentra su lugar en este enfoque colaborativo. Las empresas pueden ser aliadas estratégicas en la implementación de soluciones sostenibles, aportando recursos, conocimiento técnico o fortaleciendo cadenas de valor comprometidas con el desarrollo local.

Un compromiso que se construye día a día

En definitiva, nuestra experiencia demuestra que para lograr un impacto sostenible no basta con tener una buena solución técnica. Es necesario construir relaciones, respetar los tiempos del territorio, aprender a trabajar con otros y confiar en la sabiduría colectiva. Así, cada nuevo proyecto se convierte en una oportunidad para crecer juntos y asegurar que el derecho al agua sea una realidad para todos y todas.

Trabajar con aliados locales no es solo una metodología: es una filosofía. Una forma de habitar los territorios con respeto, humildad y compromiso. Es también una manera de enfrentar la crisis del agua desde lo colectivo, reconociendo que cada persona, cada organización y cada comunidad tiene algo valioso que aportar en la construcción de un futuro más justo, resiliente y sostenible.

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La Crisis Del Agua: El Desafío Económico Que Enfrenta El Sector Privado

Por Fernanda Marmorek, CFO de Agua Segura

La crisis del agua es una amenaza silenciosa pero devastadora para el sector privado a nivel global. La creciente escasez de este recurso afecta la producción, los costos operativos y la viabilidad de numerosas industrias. En particular, sectores como la manufactura, la agroindustria, la minería, la energía y la tecnología enfrentan desafíos significativos debido a la disminución del acceso a fuentes hídricas confiables.

Según el informe de WWF, en 2021 el agua dulce tuvo un valor económico estimado de 58 billones de dólares, lo que representa el 60% de la economía mundial. Sin embargo, este recurso ha sido históricamente infravalorado, lo que ha llevado a su uso excesivo y a la degradación de los ecosistemas hídricos. La sobreexplotación y la contaminación de fuentes de agua están generando impactos económicos adversos para el sector privado, aumentando la presión sobre los costos de producción y generando incertidumbre en las inversiones a largo plazo.

A nivel global, la crisis del agua representa una amenaza significativa para la economía. Se estima que para 2050, alrededor del 46% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial podría originarse en zonas con alto riesgo hídrico, un aumento significativo en comparación con el 10% actual. Además, en 2018, las pérdidas económicas relacionadas con problemas hídricos ascendieron a 38.500 millones de dólares, aunque el impacto real podría ser mayor debido a la falta de datos de muchas empresas. En 2024, las catástrofes relacionadas con el agua, como inundaciones y sequías, causaron pérdidas económicas superiores a 550.000 millones de dólares, además de la trágica pérdida de más de 8.700 vidas y el desplazamiento de 40 millones de personas.

Las regiones con mayor estrés hídrico incluyen África del Norte, donde el nivel de extracción de agua supera el 100% de los recursos renovables disponibles. En Europa, aproximadamente el 20% del territorio y el 30% de su población experimentan estrés hídrico cada año, con España y la cuenca mediterránea como las áreas más afectadas. En América Latina, países como México, Chile y Perú enfrentan serios desafíos hídricos debido a la sobreexplotación de acuíferos y el impacto del cambio climático en la disponibilidad de agua.

Cómo la crisis del agua presiona los costos y el empleo

La crisis del agua genera presión sobre los costos y el empleo principalmente por tres razones clave:

1. Aumento en los costos operativos

El agua es un insumo esencial para muchas industrias. Cuando hay escasez o restricciones en el acceso a fuentes hídricas, las empresas deben buscar alternativas más costosas, como:

  • Compra de agua de fuentes privadas
  • Infraestructura para captación y tratamiento
  • Multas y regulaciones ambientales

Ejemplo: En la industria de bebidas y alimentos, la reducción del acceso a agua obliga a las empresas a pagar más por el recurso, lo que incrementa el costo de producción y, en consecuencia, los precios finales al consumidor.

2. Disrupción en la producción y la cadena de suministro

Cuando una empresa no puede acceder a suficiente agua, la producción se reduce o incluso se detiene temporalmente. Esto puede ocurrir por:

  • Escasez de materia prima
  • Interrupción en la manufactura
  • Dependencia de proveedores afectados

Ejemplo: En Argentina, la sequía ha reducido el rendimiento de cultivos clave como la soja y el trigo, impactando no solo a los agricultores, sino también a la exportación y las empresas que dependen de estos productos.

3. Reducción de empleo y efectos en la economía

Cuando la producción disminuye, las empresas enfrentan pérdidas económicas, lo que puede llevar a despidos o reducción de jornadas laborales. Los sectores más afectados incluyen:

  • Agricultura
  • Industria y manufactura
  • Servicios y comercio

Ejemplo: En Lima, un estudio estimó que una reducción del 30% en la disponibilidad de agua podría provocar la pérdida de más de 35.000 empleos debido a la contracción de la producción.

Innovaciones tecnológicas y restauración de suelos y ecosistemas para enfrentar la crisis hídrica

Ante la creciente escasez de agua, el sector privado está adoptando diversas innovaciones tecnológicas para mitigar el impacto y mejorar la eficiencia en el uso del recurso. Estas soluciones buscan no solo garantizar la sostenibilidad del suministro de agua, sino también reducir costos operativos y optimizar procesos productivos en industrias clave.

En el sector agrícola, la aplicación de inteligencia artificial (IA) y sensores avanzados en sistemas de riego ha demostrado ser altamente eficiente. Estos sistemas analizan en tiempo real la humedad del suelo y las condiciones climáticas, permitiendo ajustar el uso del agua de manera precisa y reducir desperdicios.

Otra innovación clave es el uso de captadores de agua atmosférica, que extraen humedad del aire y la convierten en agua potable. Startups en América Latina y África están desarrollando estas tecnologías para abastecer comunidades y empresas en zonas de alto estrés hídrico.

Además, la recuperación y reciclaje de aguas residuales se ha convertido en una práctica fundamental para industrias como la textil, la manufactura y la minería. Empresas líderes en estos sectores están invirtiendo en plantas de tratamiento que permiten reutilizar el agua en sus procesos productivos.

Además de la implementación de tecnologías avanzadas, el sector privado también está impulsando estrategias de restauración de suelos y ecosistemas como una solución complementaria para enfrentar la crisis hídrica. Empresas agrícolas y forestales están adoptando prácticas de regeneración del suelo, como la reforestación y el uso de cultivos de cobertura, para mejorar la capacidad de retención de agua y reducir la erosión.

La restauración de humedales y cuencas hidrográficas también está cobrando relevancia. Diversas industrias han comenzado a invertir en la protección y rehabilitación de ecosistemas acuáticos, reconociendo su papel fundamental en la regulación del ciclo del agua.

Las empresas que incorporan estas estrategias no solo mejoran su sostenibilidad ambiental, sino que también reducen costos operativos al asegurar un acceso más estable al recurso hídrico.

Por lo tanto, para mitigar los efectos de la crisis del agua, es fundamental que las empresas adopten estrategias sostenibles, como la optimización del uso del agua, la diversificación de fuentes hídricas y la colaboración con el sector público. La inversión en infraestructura hídrica y el desarrollo de tecnologías innovadoras serán claves para garantizar la estabilidad económica y la continuidad operativa en un contexto de creciente escasez del recurso.

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Conociendo a la comunidad: el primer paso para un proyecto hídrico exitoso.

Carolina Pittella – Project Manager de Agua Segura

Cuando se trata de proyectos hídricos en áreas rurales, el desafío no radica tanto en el "qué", sino en el "cómo". En mi experiencia, comprender la comunidad y los recursos hídricos disponibles en la zona es el primer paso y más crucial para desarrollar un plan de trabajo eficaz. Escuchar a las personas, entender sus costumbres y necesidades nos permite construir proyectos realistas y sostenibles, que tengan un verdadero impacto en sus vidas.

Aliados locales: clave para entender el territorio

En el proceso, siempre comienzo por incluir equipos de trabajo locales como aliados clave. Son los primeros en señalar las limitaciones y desafíos a enfrentar. Aunque puede parecer desalentador al principio, es en ese momento cuando surgen las preguntas correctas y se empieza a delinear el verdadero alcance del proyecto.

Estos equipos conocen mejor que nadie las condiciones climáticas, los horarios adecuados, los proveedores locales y la logística necesaria, como el estado de los caminos o los costos. Tener en cuenta estos aspectos puede hacer una gran diferencia en el éxito del proyecto y optimizar los recursos disponibles.

Fundaciones en territorio: puentes hacia la comunidad

Además de los equipos locales, las fundaciones que llevan años trabajando en el territorio son piezas fundamentales. No sólo conocen las necesidades específicas de la comunidad, sino que también son quienes facilitan el contacto inicial y ayudan a ajustar el alcance del proyecto, si es necesario.

Establecer una relación cercana abre las puertas para implementar soluciones más rápidas y eficaces. Ingresar de la mano de alguien conocido al territorio allanará el camino para posteriores retos y facilitará la apropiación de las soluciones por parte de la comunidad.

Comunicación adaptada y efectiva

Otro factor clave en la planificación es elegir el canal de comunicación adecuado para cada equipo. No todas las personas se comunican o reciben información de la misma manera. Identificar si un llamado, una videollamada, un mensaje o un correo electrónico es la mejor opción ayuda a mantener el flujo de trabajo eficiente y efectivo.

Además, es esencial ajustar la periodicidad de las comunicaciones según los tiempos disponibles y, si es necesario, realizar visitas presenciales para fortalecer las relaciones y asegurar que el proyecto avance sin problemas.

La importancia del contexto y del trabajo en equipo

En definitiva, un proyecto en una comunidad rural sólo puede tener éxito si entendemos el contexto y construimos alianzas sólidas con aquellos que conocen el terreno mejor que nadie. Así, el trabajo en equipo se convierte en la clave para llevar agua segura a quienes más la necesitan.

Desde Agua Segura, apostamos por proyectos comunitarios que integran soluciones técnicas con escucha activa, respeto cultural y participación local. Porque ningún sistema funciona si no está diseñado con las personas en el centro, y ninguna solución es sostenible si no nace desde el territorio.

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¿Cómo mejorar las eficiencias de riego de la mano de los productores? Agua Segura

Esther Camacho Guerrero - Directora del Programa Regenera Bajío, Nuup

En México, como en muchos otros países, el sector agrícola es el principal consumidor de agua. Según datos del INEGI, representa más del 67% del volumen total utilizado a nivel nacional. Esta cifra pone en evidencia la urgencia de implementar estrategias de gestión sostenible del agua, especialmente en un contexto de creciente crisis hídrica.

La seguridad hídrica del país está estrechamente ligada a la capacidad del sector agrícola para adaptarse y hacer un uso más eficiente del recurso. En especial, la agricultura de pequeña escala, que ocupa cerca del 72% del territorio agrícola mexicano, sigue dependiendo en gran medida de sistemas de riego por gravedad, también conocidos como riego por surcos o por inundación. Estos sistemas tienen una eficiencia estimada entre el 20% y el 40%, lo que implica una pérdida importante de agua, muchas veces subterránea, que podría ser mejor aprovechada.

Optimizar el riego es posible: experiencia desde el campo

Desde Regenera Bajío, trabajamos junto a productores para mejorar las prácticas de riego y avanzar hacia una conservación del agua efectiva. Hemos comprobado en campo que, con asesoría técnica adecuada y compromiso por parte del productor, se pueden alcanzar eficiencias de hasta un 80%. Esto se traduce en menor extracción de agua, reducción de costos, prevención de enfermedades agrícolas y, en muchos casos, mejora de los rendimientos productivos.

Pero más allá de las herramientas y tecnologías, la clave del cambio está en el factor humano. La experiencia, conocimiento del territorio y disposición de los productores son fundamentales para lograr una transición hacia una agricultura más sostenible.

Una metodología centrada en las personas

Conscientes de las particularidades del campo mexicano, desarrollamos un enfoque de intervención centrado en las personas productoras. Nuestro equipo brinda asesoría técnica personalizada, con visitas a campo que permiten analizar las condiciones específicas de cada parcela: tipo de suelo, pendiente, cultivos, disponibilidad de infraestructura de riego y acceso al agua.

A través de entrevistas y observación directa, analizamos las prácticas actuales:

  • ¿Cómo riegan?
  • ¿Cuándo y con qué frecuencia?
  • ¿Por qué se elige ese sistema?

Con esta información y datos medidos en terreno, proponemos ajustes prácticos y accesibles, como modificaciones en la programación del riego, instalación de válvulas o pequeñas obras de nivelación. Estos cambios, adaptados a la realidad del productor, suelen tener un impacto inmediato y significativo en la eficiencia del uso del agua.

Cambiar hábitos arraigados: un reto cultural

Uno de los desafíos más relevantes es modificar hábitos que han sido transmitidos de generación en generación. Muchos productores repiten rutinas de riego porque “así se ha hecho siempre”, aunque no siempre sean las más adecuadas para la realidad climática y ambiental actual.

Por eso, nuestro enfoque prioriza el acompañamiento cercano, estableciendo relaciones de confianza desde el inicio del proceso. Escuchar sus dudas, responder con evidencia técnica y respetar sus tiempos es clave para generar transformaciones duraderas.

También promovemos la participación activa de los productores en el registro de datos de campo. Este ejercicio permite que observen por sí mismos los resultados de las mejoras implementadas, lo que refuerza la toma de decisiones basada en evidencia y empodera a las comunidades para cuidar sus recursos.

Reutilizar el conocimiento: un ciclo virtuoso

Otro aspecto esencial de la metodología es devolver a los productores la información que se genera en cada ciclo agrícola. Esto no sólo mejora la gestión del agua en sus unidades productivas, sino que fortalece la memoria colectiva del territorio.

Además, la eficiencia hídrica se convierte en una puerta de entrada a otros temas clave, como la recarga de acuíferos, la calidad del agua, o incluso, la relación entre agricultura y restauración de ecosistemas acuáticos. El agua que no se desperdicia en el campo es agua que puede mantenerse en ríos, humedales o reservorios naturales.

Capacitación, comunidad y soluciones locales

La capacitación es una herramienta transformadora. Por eso, organizamos talleres grupales en las comunidades donde trabajamos, abordando temas como:

  • Retos actuales del agua en México.
  • Derechos y obligaciones de los productores.
  • Herramientas para medir la humedad del suelo.
  • Sistemas alternativos de riego y su mantenimiento.
  • Casos exitosos de transición hacia una agricultura sostenible.

Estos espacios no sólo generan conocimiento, sino que refuerzan lazos comunitarios y propician el intercambio de soluciones que nacen desde el territorio.

Más allá del agua: hacia una agricultura regenerativa

Mejorar la eficiencia del riego es sólo el primer paso. En Regenera Bajío buscamos generar un impacto sistémico, donde la seguridad hídrica se articule con la resiliencia climática, el bienestar rural y la transformación agroecológica del Bajío mexicano.

Esto implica avanzar hacia sistemas productivos que:

  • Contribuyan a la recarga de acuíferos.
  • Eviten la contaminación de cuerpos de agua.
  • Fortalezcan los proyectos comunitarios de agua.
  • Se integren al manejo de cuencas hidrográficas.
  • Respeten los ciclos naturales del agua.

Conclusión: alianzas por el futuro del agua

Frente a la crisis del agua, necesitamos soluciones concretas, escalables y justas. La eficiencia en el riego no es sólo una meta técnica: es una estrategia clave para asegurar el agua de hoy y del mañana. Pero para lograrla, no basta con tecnología. Se necesita conocimiento, acompañamiento y, sobre todo, confianza en la capacidad transformadora de las personas productoras.

Desde Regenera Bajío, seguimos apostando por este camino: uno que une saberes, promueve el aprendizaje colectivo y cuida el agua como el bien común que es.

Informate mas en aguasegura.com https://aguasegura.com/

Dvigi: Tecnología de ultrafiltración para un futuro más saludable y sostenible

Gisella Djenderedjian - Gerente General de Dvigi.

El acceso al agua potable sigue siendo uno de los desafíos más urgentes del siglo XXI. Aunque parezca un derecho garantizado, más de 2.200 millones de personas en el mundo carecen de acceso seguro al agua, y esto tiene consecuencias devastadoras, especialmente en las comunidades rurales.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 485.000 personas mueren cada año por enfermedades diarreicas vinculadas al consumo de agua contaminada. Esta realidad golpea con más fuerza a mujeres y niños, quienes suelen ser los principales responsables de recolectar agua en zonas rurales. Esta tarea no sólo los expone a riesgos físicos, sino que también los aleja de oportunidades educativas y laborales, perpetuando ciclos de pobreza e inequidad.

Tecnología accesible para mejorar la seguridad hídrica

Frente a este panorama, la tecnología se presenta como una aliada fundamental en la lucha por garantizar la seguridad hídrica. En particular, los sistemas de ultrafiltración se han consolidado como una solución eficaz, sostenible y de bajo costo para mejorar el acceso al agua y saneamiento en contextos donde la infraestructura hídrica es limitada o inexistente.

Esta tecnología permite eliminar bacterias, virus y sedimentos sin necesidad de electricidad ni productos químicos, lo que la convierte en una herramienta viable para comunidades vulnerables. Además, contribuye a la mejora de la calidad del agua, lo cual es vital para prevenir enfermedades de origen hídrico y mejorar el bienestar general.

Cómo funciona la ultrafiltración

La ultrafiltración es un proceso de purificación que utiliza membranas con poros extremadamente pequeños para eliminar contaminantes del agua. En el caso de los purificadores desarrollados por Dvigi, este sistema se combina con carbón activado y filtros de sedimento, logrando una purificación completa sin eliminar los minerales esenciales del agua.

“Nuestros purificadores combinan la tecnología de ultrafiltración con carbón activo y filtros de sedimento, eliminando impurezas y mejorando el sabor del agua. Queremos ser parte de la solución al problema global del agua”, explica Gisella Djenderedjian, Gerente General de Dvigi.

Estos sistemas están diseñados para ser simples de instalar, fáciles de mantener y duraderos, lo que los hace especialmente aptos para comunidades que no cuentan con acceso constante a servicios técnicos o infraestructura.

Un enfoque sostenible y con impacto comunitario

Más allá de su eficiencia, la tecnología de Dvigi tiene un enfoque claro hacia la sostenibilidad. Al no requerir energía eléctrica ni generar residuos contaminantes, se alinea con principios de conservación del agua y gestión sostenible del agua.

En colaboración con Agua Segura, Dvigi trabaja en proyectos de implementación de filtros en comunidades rurales de Latinoamérica. Estas iniciativas no sólo mejoran el acceso a agua potable, sino que también fortalecen el tejido social mediante:

  • Talleres de sensibilización sobre el uso responsable del agua.
  • Formación en higiene y hábitos saludables (WASH).
  • Capacitación para el uso y mantenimiento de los sistemas.
  • Promoción de la responsabilidad corporativa del agua por parte de empresas proveedoras de tecnología.

Cada proyecto es concebido como parte de un enfoque integral que prioriza la educación comunitaria y la sostenibilidad a largo plazo.

Proyectos comunitarios con impacto real

Los proyectos comunitarios de agua en los que participa Dvigi están pensados para generar un efecto transformador. El acceso diario a agua segura implica un cambio radical en la salud, el desarrollo y las oportunidades de vida en comunidades rurales.

Además, al liberar a mujeres y niñas de la responsabilidad de buscar agua, se habilita un mayor acceso a la educación y a la participación económica, lo cual contribuye a la equidad de género.

Estos proyectos también refuerzan la resiliencia de las comunidades frente a la crisis del agua, que se intensifica con fenómenos como las sequías, las lluvias extremas o la contaminación de fuentes superficiales.

Complemento a estrategias ecosistémicas

Aunque la tecnología de ultrafiltración actúa a nivel doméstico, también es parte de un enfoque más amplio que reconoce la importancia de proteger las fuentes de agua. Es decir, no basta con purificar el agua al final del proceso: también es esencial cuidar lo que sucede en el entorno natural.

Por eso, Agua Segura articula esta solución tecnológica con otras estrategias de soluciones basadas en la naturaleza para el agua, como:

  • La restauración de ecosistemas acuáticos.
  • La recarga de acuíferos mediante conservación de suelos.
  • La protección de cuencas hidrográficas.
  • La mejora de prácticas agrícolas para evitar contaminaciones.

Estos enfoques se potencian mutuamente: mientras se preserva el entorno, se proveen herramientas inmediatas para asegurar el consumo seguro en los hogares.

Tecnología con propósito

“Nuestro compromiso es mejorar la calidad de vida en las regiones que más lo necesitan, utilizando tecnología sostenible que transforme el acceso al agua”, señala Djenderedjian.

La misión de Dvigi es clara: hacer que el acceso a agua segura no sea un privilegio, sino un derecho al alcance de todos. Cada filtro instalado representa una oportunidad para cortar con un ciclo de enfermedad y exclusión.

En contextos donde la inversión en infraestructura tradicional tarda años o es inviable, estas tecnologías representan soluciones de reabastecimiento de agua al hogar, inmediatas, efectivas y de bajo impacto ambiental.

Conclusión: innovación para el derecho al agua

La crisis del agua exige respuestas múltiples, desde la restauración de ecosistemas hasta el desarrollo de tecnologías adecuadas para cada realidad. La experiencia de Dvigi demuestra que la innovación social y tecnológica puede ser parte de una solución integral, centrada en las personas.

Los sistemas de ultrafiltración no sólo purifican el agua: abren puertas a la salud, la educación y el desarrollo comunitario. En alianza con organizaciones como Agua Segura, esta tecnología se transforma en una herramienta para construir un futuro más justo, resiliente y saludable para todos.

Hacer visible lo invisible-Agua Segura

Por Manuel Sauri – Director Ejecutivo de Agua Segura

Cuando pensamos en la importancia del agua para nuestra vida y desarrollo, seguramente imaginemos los ríos, mares y lagos que nos alimentan, dan energía y recreación. Si vamos un poco más allá, tal vez reflexionemos sobre la importancia de los humedales y ecosistemas que trabajan mitigando los efectos del cambio climático. Pero hay un lugar donde se concentra prácticamente toda el agua dulce líquida del planeta: debajo de la tierra.

Las aguas subterráneas tienen una enorme trascendencia para la sociedad humana. Su gestión sostenible y su protección son esenciales para garantizar la seguridad hídrica, la producción de alimentos, el abastecimiento de agua potable y la salud de los ecosistemas.

Aguas subterráneas: el recurso invisible que sostiene la vida

Acceder al agua segura es un derecho humano fundamental. Tan solo debemos recordar “el ciclo del agua” que aprendimos en la escuela para entender que lo que hacemos sobre la superficie repercute directamente bajo ella. Si el proceso de circulación del agua se interrumpe, los ecosistemas terrestres pierden su equilibrio, y con ellos, los acuíferos se deterioran.

Según datos de UNESCO, más del 95% del agua dulce líquida disponible en el mundo es subterránea, y se estima que el 50% de la población mundial depende de ella para consumo doméstico.

Estos reservorios naturales abastecen no solo nuestros hogares, sino también sistemas de saneamiento, industrias, y sobre todo, el sector agrícola.

Agricultura y acuíferos: una relación crítica

La agricultura es el mayor consumidor de agua dulce del planeta. De acuerdo con la FAO, alrededor del 40% del agua utilizada para riego a nivel mundial proviene de acuíferos. Y se estima que para alimentar a una población global de 9 mil millones en 2050, la producción de alimentos deberá aumentar un 60%.

Sin embargo, el uso excesivo de aguas subterráneas para regadío puede llevar a su agotamiento, reducción del caudal de ríos, y pérdida de humedales. Además, si se contaminan con agrotóxicos, fertilizantes u otras sustancias, se pone en riesgo su calidad y se generan impactos negativos en la salud pública.

Una gestión sostenible del agua en la agricultura es crucial. Adoptar tecnologías de riego eficientes, mejorar la infiltración en el suelo y reducir el uso de químicos son pasos clave para proteger este recurso invisible.

Conservación y recarga de acuíferos

La recarga de acuíferos es el proceso natural por el cual el agua de lluvia o de ríos penetra lentamente en el suelo y alcanza las capas subterráneas. Pero cuando se deforestan zonas, se compactan suelos o se urbaniza sin planificación, ese proceso se ve interrumpido.

Desde Agua Segura promovemos soluciones basadas en la naturaleza que permiten recuperar esta capacidad natural de absorción: restauración de suelos, reforestación de cuencas, conservación de humedales y sistemas de captación de agua de lluvia.

Estas acciones son parte de estrategias integradas de manejo de cuencas hidrográficas, orientadas a fortalecer la resiliencia hídrica de los territorios.

Agua subterránea y cambio climático

Las aguas subterráneas juegan un rol importante en la mitigación del cambio climático. Al mantener niveles estables en los ríos, sostienen los ecosistemas durante las sequías. También evitan la intrusión salina en zonas costeras, protegiendo las reservas de agua dulce ante la subida del nivel del mar.

Sin embargo, la crisis del agua ha exacerbado la aridez en regiones donde la única fuente de abastecimiento es subterránea. Allí, la gestión sostenible no es una opción, es una necesidad vital.

Calidad del agua: un desafío silencioso

Además del agotamiento, la contaminación de aguas subterráneas es un desafío serio. Sustancias químicas como nitratos, pesticidas, metales pesados o hidrocarburos pueden infiltrarse lentamente y permanecer años afectando la calidad del agua sin ser detectadas.

Implementar sistemas de monitoreo, mejorar la planificación del uso del suelo y fomentar la responsabilidad corporativa del agua son medidas necesarias para prevenir este deterioro.

Hacer visible lo invisible

Las aguas subterráneas no conocen fronteras. Por eso, su preservación requiere una mirada global, colaborativa y de largo plazo. Según UN Water, necesitamos políticas públicas, inversiones y participación ciudadana para hacer frente a los desafíos emergentes.

También necesitamos educación y comunicación. Porque hacer visible lo invisible es enseñar que lo que ocurre bajo nuestros pies sostiene todo lo que ocurre en la superficie. Y que sin agua subterránea no hay agricultura, ni industria, ni salud.

La base de todo desarrollo sostenible

Las aguas subterráneas son un tesoro oculto que debemos cuidar, monitorear y gestionar con responsabilidad. No solo garantizan el acceso al agua y saneamiento (WASH), sino que son la base de cualquier estrategia de desarrollo sostenible que aspire a ser justa, resiliente y duradera.

Conclusión

Estamos frente a un recurso clave para la vida. Invisibilizado por décadas, ahora exige estar en el centro de las políticas, las inversiones y la conciencia colectiva.

Hacer visible lo invisible es reconocer el valor infinito de nuestras aguas subterráneas. Y actuar en consecuencia.

Soluciones verdes para un mundo mejor-Agua Segura

Por Manuel Sauri - Director ejecutivo de Agua Segura

Si miramos un mapamundi, parece que el agua “sobra”. Es que en la proporción tierra-agua se juega una falsa idea de que en este planeta azul que habitamos, nunca tendremos que preocuparnos por su escasez. Sin embargo, de los 1.400 millones de kilómetros cúbicos de agua que tiene la Tierra, un 2,5% del volumen total es agua dulce y solo se puede acceder fácilmente a un 0,3% de ella para consumo humano porque el resto está congelado o son aguas subterráneas.

En términos sociales, estas cifras se relacionan con un desigual acceso al recurso que en muchos casos se convierte en privilegio, lo que debería garantizarse como derecho y bien público.

La crisis del agua afecta especialmente a comunidades vulnerables y a sus infancias, que sufren enfermedades vinculadas a la falta de agua segura causando casi 1000 muertes por día de niños y niñas. Con los fenómenos asociados al cambio climático, la mayor variabilidad del agua y los ecosistemas estresados, necesitamos nuevos enfoques para el desarrollo y una planificación que nos permita construir sociedades más resilientes y conscientes.

¿Qué son las soluciones verdes?

Es por eso que la economía circular y las soluciones basadas en la naturaleza representan una clave de época estratégica con la que debemos pensar nuestra tarea cotidiana en cada uno de nuestros espacios. En la crisis del agua, la interconexión que tenemos todos los actores del sistema es evidente, y eso nos hace co-responsables en la gestión sostenible del agua, un bien público escaso y fundamental para la vida.

Las soluciones verdes, también conocidas como Soluciones basadas en la naturaleza para el agua, son intervenciones que restauran, protegen o utilizan los procesos naturales para resolver desafíos como el acceso al agua, la mejora de la calidad del agua, o la recarga de acuíferos.

Una responsabilidad global, con desafíos locales

Si bien estamos ante un fenómeno global que tiene a más de 400 millones de personas en situación de escasez, cada país enfrenta sus propios desafíos. En Argentina, por ejemplo, se consumen casi 500 litros de agua por persona por día, mientras que en muchos países este consumo no alcanza los 200 litros. Esta desigualdad refleja una necesidad urgente de promover una cultura de conservación del agua y de responsabilidad corporativa del agua. Desde Agua Segura creemos que los proyectos de manejo de cuencas hidrográficas, restauración de ecosistemas acuáticos, y acceso universal a servicios de WASH (Agua, Saneamiento e Higiene) deben formar parte de la política pública, de los programas privados de impacto social, y de la educación ambiental ciudadana.

De preservar a transformar

Pero en la tarea urgente de cuidar el planeta, ya no solo se trata de preservar, mitigar o regular. También se requieren respuestas transformadoras. En esta dirección se ubican las soluciones verdes: estrategias que acompañan la transición hacia una economía del bienestar global, promoviendo alianzas que dejen siempre huellas positivas en las comunidades.

Transformar la lógica del crecimiento implica repensar cómo producimos y cómo gestionamos el agua, integrando variables ecológicas en la toma de decisiones. Invertir en soluciones verdes es apostar por modelos de desarrollo regenerativo que integren la naturaleza, la tecnología y la equidad.

Ejemplos concretos de soluciones basadas en la naturalezas, las soluciones verdes pueden incluir:

  • Reducción de pérdidas por escurrimiento mediante mejoras en la funcionalidad de las cuencas.
  • Implementación de proyectos de restauración de suelos y protección de vertientes.
  • Obras para almacenamiento de agua como cosechadoras de agua de lluvia.
  • Instalación de sistemas descentralizados de saneamiento sostenible.
  • Fortalecimiento de proyectos comunitarios de agua con enfoque participativo.

Todas estas acciones integran componentes sociales, ambientales y económicos, generando un impacto positivo en las comunidades y en sus cadenas de valor.

Un nuevo modelo de desarrollo hídrico

Apostar por soluciones verdes es también impulsar un cambio cultural: asumir que el agua no es un recurso ilimitado, sino un bien común que debe gestionarse con visión a largo plazo. Esto implica avanzar hacia un modelo donde el acceso universal al agua potable y el saneamiento no dependa del lugar de nacimiento, sino del compromiso colectivo con la seguridad hídrica.

El futuro requiere una nueva mirada que no sólo proteja los ecosistemas, sino que los restaure y regenere. Porque solo a través de un entorno sano y funcional, podremos garantizar salud, desarrollo y resiliencia.

Una tarea de todos

Tenemos el desafío generacional de transitar hacia un mundo en el que el agua, al igual que otros recursos, no sea un privilegio sino un derecho. Para ello es indispensable informarnos e involucrarnos para poner en marcha nuevos proyectos que protejan el planeta y construyan un mundo mejor todos los días.

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Agua Segura: Es hora de restaurar nuestra casa

Por Manuel Sauri - Director ejecutivo de Agua Segura

Los ecosistemas sustentan todas las formas de vida en el planeta, constituyendo entornos perfectos en los que conviven equilibradamente especies de todo tipo, incluida la nuestra. Del bienestar de estos ecosistemas depende la salud de toda la Tierra y de sus habitantes. Es por eso que la crisis del agua, el calentamiento global, la deforestación masiva, la intoxicación de nuestros suelos, constituyen preocupaciones de primer orden para quienes promovemos incansablemente la necesidad de una transición global hacia un modo de vida sostenible en todas sus formas.

En muchos países, las prácticas que deterioran los ecosistemas de los que formamos parte son considerados delitos ambientales porque atentan contra la calidad de la vida en ese rincón del planeta, incidiendo inevitablemente en todo el mundo. Las acciones de hoy, determinan el futuro cercano de muchísimas personas que conviven día a día con las consecuencias de esta crisis climática. Proteger y restaurar estos entornos de los que formamos parte (y los que no), es esencial para garantizar nuestra propia calidad de vida en un mundo sano y evitar la propagación de enfermedades, desastres climáticos y desigualdades crecientes por la falta de acceso a bienes públicos.

Para visualizar el impacto, según la FAO, todos los años se deforestan 10 millones de hectáreas de bosques, una extensión similar a la de Islandia. De esta manera se pierde su biodiversidad afectando no sólo a las especies que allí habitan, sino a las economías locales que sufren las consecuencias del cambio del suelo, sus inundaciones, el incremento de temperatura, entre tantas otras cuestiones. Las aguas subterráneas absorben los agrotóxicos de esas tierras que muchas veces se utilizan para la producción agropecuaria intensiva e irresponsable, y de esta manera se contamina y extingue poco a poco un recurso vital para el desarrollo de cualquier persona y su comunidad.

Sin embargo, así como estamos todos afectados por la misma crisis climática, también estamos llamados a implementar soluciones que nos permitan transicionar hacia una economía más sostenible y en armonía con la naturaleza. Todos somos parte de la solución. Desde Agua Segura, llevamos adelante diversos proyectos que buscan ofrecer soluciones concretas a la crisis del agua. Sabemos que a este tipo de problemática global, le caben múltiples soluciones locales que impactan positivamente en los ecosistemas provocando un círculo virtuoso de crecimiento. Nos sentimos parte de una generación emprendedora consciente de su potencial transformador y construimos alianzas que busquen aportar a una estrategia sostenible para todos.

Los desafíos que tenemos por delante nos convoca, a todos y todas como sociedad, a diseñar más y mejores proyectos para proteger y restaurar nuestro planeta. El trabajo en alianza entre el sector público, el privado y la sociedad civil es fundamental.

Esta Tierra es nuestra casa y, como señala la consigna de los movimientos ambientales: no hay Planeta B. Cuidemos, activemos y restauremos hoy, el mundo en el que soñamos vivir el resto de nuestra vida. 

Por qué restaurar es esencial para la seguridad hídrica?

El llamado a trabajar sobre la crisis del agua de Manuel Sauri se alinea con un objetivo global urgente: garantizar la seguridad hídrica. Restaurar suelos, bosques, humedales y cuencas no solo mejora la salud del ambiente, sino que también garantiza acceso a agua segura y de calidad, y ayuda a prevenir enfermedades, inundaciones y sequías extremas.

Cuando un ecosistema está sano, el suelo retiene agua, los humedales la filtran y los acuíferos se recargan naturalmente. Restaurar estos procesos naturales es clave para la gestión sostenible del agua y para enfrentar la escasez creciente en muchas regiones del planeta.

Soluciones locales para una crisis global

Frente a la crisis del agua, las soluciones deben ser tan diversas como los territorios. Agua Segura impulsa estrategias adaptadas a las realidades locales:

-Restauración de humedales y riberas degradadas

-Manejo de cuencas hidrográficas con visión ecosistémica

-Recarga de acuíferos mediante infraestructura verde

-Mejora de la calidad del agua a través de prácticas regenerativas

-Acciones de WASH (Agua, Saneamiento e Higiene) en comunidades vulnerables

-Promoción de proyectos comunitarios de agua con participación local

Estas acciones responden a los lineamientos del ODS 6: Agua limpia y saneamiento propuestos por la ONU. Estas acciones responden a los lineamientos del ODS 6: Agua limpia y saneamiento propuestos por la ONU. proposed by the UN.

Soluciones basadas en la naturaleza para el agua

Frente a la crisis del agua, las soluciones deben ser tan diversas como los territorios. Agua Segura impulsa estrategias adaptadas a las realidades locales:

-La restauración de suelos aumenta la infiltración y previene la erosión
-Los humedales actúan como esponjas, reteniendo agua y captando contaminantes
-La reforestación ayuda a estabilizar el clima, reducir la escorrentía y fomentar la biodiversidad


Organismos como el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) reconocen estas soluciones como esenciales para aumentar la resiliencia frente al cambio climático.

Todos somos parte de la solución

El agua es un bien común, y su cuidado es una responsabilidad compartida. La responsabilidad corporativa del agua implica que el sector privado adopte medidas para minimizar su impacto hídrico, mientras que los gobiernos y las organizaciones de la sociedad civil deben articular políticas públicas, inversión y educación ambiental.

Desde Agua Segura creemos en el poder de las alianzas. Solo trabajando juntos podemos escalar soluciones que garanticen agua limpia, acceso equitativo y ecosistemas saludables.

Restaurar hoy para asegurar el mañana

Restaurar es mirar hacia el futuro con responsabilidad. Es entender que sin conservación del agua, no hay salud, ni desarrollo, ni justicia social. Cada acción suma: desde cuidar el suelo hasta proteger un humedal, desde reducir el consumo hasta impulsar una política pública.

Porque esta Tierra es nuestra casa. Y no hay otra.

Aliados:  trabajo de impacto socioambiental

Catalina Deluchi - Vicepresidente de desarrollo de negocios globales.

La transición socioecológica, representa un gran desafío para todos los sectores de la economía que buscan acompañar los cambios de época hacia modos de desarrollo más sostenibles. 

Si bien es cierto que hemos llegado a grandes acuerdos sobre la necesidad de implementar modelos de negocios que puedan mitigar y hasta revertir los daños producidos en el ambiente y las personas, a muchas empresas aún les cuesta encontrar soluciones que efectivamente impacten en este sentido. 

Es por eso que en la ejecución de cualquier proyecto es imprescindible comprender el aporte diferencial que pueden hacer las empresas y proyectos especializados en la materia. Diseñar un trabajo de impacto socioambiental, junto a un partner que proporcione experiencia y soporte a la empresa, representa una decisión estratégica para adecuar las respuestas adecuadas a los problemas planteados.

En Agua Segura, hemos acompañado a grandes corporaciones que acuden a nuestra empresa por el conocimiento específico en el desarrollo de programas a medida de las necesidades de las empresas y, especialmente, de las comunidades de las que forman parte. En esta articulación nos sentimos “compañeros de viaje”, ya que la promoción de soluciones que impactan positivamente en el planeta, se encuentra en el corazón de nuestro proyecto.

Estas alianzas estratégicas tienen un espíritu de cooperación y crecimiento mutuo y forman parte de una nueva generación emprendedora que cree en la necesidad de construir una nueva mirada sobre nuestros modos de producción. Poco a poco se visibilizan los beneficios de posicionar a las empresas como líderes en su comunidad, al mismo tiempo en que se ahorran costos y se aumentan las ventajas competitivas. 

La crisis del agua representa un desafío de primer orden para muchas compañías que buscan trabajar sobre su huella hídrica y en todos los casos tienen plena conciencia de la urgencia que representa esta problemática. Ya no es necesario explicarle a una multinacional, que los abordajes que contemplen el impacto social y ambiental en toda la cadena productiva son imprescindibles para el crecimiento del propio negocio.

Es por eso que el valor agregado no es solo en materia reputacional, sino también en el beneficio colectivo que representa la continuidad de un proyecto que puede sostener un horizonte de desarrollo de largo plazo en una comunidad. En este camino de responsabilidad social y acción transformadora, los acompañamos como partners, aportando toda nuestra experiencia y conocimiento sobre la temática.

La cooperación y las alianzas estratégicas con empresas expertas en desafíos que den respuesta a la crisis socio ambiental en la que habitamos, permiten co-crear un modelo económicamente sostenible para el mundo de hoy y el que viene.

Subir a las empresas al tren de la economía circular

Por Manuel Sauri - Director ejecutivo de Agua Segura

En Agua Segura desarrollamos, gestionamos e implementamos proyectos de mitigación de huella hídrica en todo el continente. Conocimos decenas de nuevas comunidades y pusimos en marcha soluciones basadas en la naturaleza y proyectos de acceso a agua, saneamiento e higiene (WASH), que impactaron positivamente en miles de familias de la región.

Para nuestro equipo, el derecho al agua segura es el motor que nos empuja a seguir ampliando horizontes y encontrando respuestas para una problemática que no conoce de fronteras. La crisis de suministro de agua es un factor que atraviesa la vida de prácticamente todo el planeta y se ha identificado como el cuarto mayor riesgo para la sociedad durante la próxima década. La seguridad alimentaria, el acceso a la salud, la contaminación de suelos y aguas subterráneas y la destrucción de ecosistemas productivos, son apenas algunas de las alertas que están encendidas desde que miramos al mundo con los lentes de la “crisis climática”.

Por eso, desde Agua Segura insistimos en cambiar la lógica a la hora de pensar cómo abordar los desafíos para un modelo de desarrollo que ponga el acento en la oportunidad transformadora que representa invertir en soluciones verdes. No hay por qué esperar a que los cambios sucedan en otro lado, en otro momento y con grandes instituciones. Toda empresa que invierta en Agua puede generar un impacto positivo en su modelo de negocio aumentando la productividad, reduciendo riesgos comerciales, desarrollando cadenas de suministros seguras, fortaleciendo la licencia social para operar y su reputación.

Ese es el corazón de nuestra empresa: subir a las compañías del mundo al tren de la economía del agua, asesorando, acompañando y adaptando programas de impacto, para dar respuesta a los desafíos particularismos que cada una tenga que enfrentar. En este encuentro radica la potencia de nuestro proyecto, la promoción de alianzas estratégicas que prefiguren la sociedad en la que queremos vivir. Un mundo en el que todos nos sintamos responsables por el agua y su uso. Solo así, será un derecho accesible para todos, y  las comunidades podrán desarrollarse plenamente en ecosistemas seguros y el sector privado será motor de transformación sustentable y punta de lanza en el cuidado ambiental.

Esta cooperación ya está en marcha. El vínculo entre las corporaciones y las empresas expertas en desafíos que dan respuesta a la crisis socio ambiental en la que habitamos, es cada vez más estrecho y próspero. Existen múltiples proyectos que se suman a esta nueva manera de comprender la economía, en el que no hay negocio, si no es sostenible. 

Esta orientación general que tiene nuestro trabajo, sostienen nuestra misión estratégica por la que trabajamos día a día, ofreciendo soluciones locales a problemas globales y creemos que marcan el camino seguro para re inventar el mundo en el que queremos vivir.