Por Manuel Sauri - Director ejecutivo de Agua Segura
Los ecosistemas sustentan todas las formas de vida en el planeta, constituyendo entornos perfectos en los que conviven equilibradamente especies de todo tipo, incluida la nuestra. Del bienestar de estos ecosistemas depende la salud de toda la Tierra y de sus habitantes. Es por eso que la crisis del agua, el calentamiento global, la deforestación masiva, la intoxicación de nuestros suelos, constituyen preocupaciones de primer orden para quienes promovemos incansablemente la necesidad de una transición global hacia un modo de vida sostenible en todas sus formas.
En muchos países, las prácticas que deterioran los ecosistemas de los que formamos parte son considerados delitos ambientales porque atentan contra la calidad de la vida en ese rincón del planeta, incidiendo inevitablemente en todo el mundo. Las acciones de hoy, determinan el futuro cercano de muchísimas personas que conviven día a día con las consecuencias de esta crisis climática. Proteger y restaurar estos entornos de los que formamos parte (y los que no), es esencial para garantizar nuestra propia calidad de vida en un mundo sano y evitar la propagación de enfermedades, desastres climáticos y desigualdades crecientes por la falta de acceso a bienes públicos.
Para visualizar el impacto, según la FAO, todos los años se deforestan 10 millones de hectáreas de bosques, una extensión similar a la de Islandia. De esta manera se pierde su biodiversidad afectando no sólo a las especies que allí habitan, sino a las economías locales que sufren las consecuencias del cambio del suelo, sus inundaciones, el incremento de temperatura, entre tantas otras cuestiones. Las aguas subterráneas absorben los agrotóxicos de esas tierras que muchas veces se utilizan para la producción agropecuaria intensiva e irresponsable, y de esta manera se contamina y extingue poco a poco un recurso vital para el desarrollo de cualquier persona y su comunidad.
Sin embargo, así como estamos todos afectados por la misma crisis climática, también estamos llamados a implementar soluciones que nos permitan transicionar hacia una economía más sostenible y en armonía con la naturaleza. Todos somos parte de la solución. Desde Agua Segura, llevamos adelante diversos proyectos que buscan ofrecer soluciones concretas a la crisis del agua. Sabemos que a este tipo de problemática global, le caben múltiples soluciones locales que impactan positivamente en los ecosistemas provocando un círculo virtuoso de crecimiento. Nos sentimos parte de una generación emprendedora consciente de su potencial transformador y construimos alianzas que busquen aportar a una estrategia sostenible para todos.
Los desafíos que tenemos por delante nos convoca, a todos y todas como sociedad, a diseñar más y mejores proyectos para proteger y restaurar nuestro planeta. El trabajo en alianza entre el sector público, el privado y la sociedad civil es fundamental.
Esta Tierra es nuestra casa y, como señala la consigna de los movimientos ambientales: no hay Planeta B. Cuidemos, activemos y restauremos hoy, el mundo en el que soñamos vivir el resto de nuestra vida.
Por qué restaurar es esencial para la seguridad hídrica?
El llamado a trabajar sobre la crisis del agua de Manuel Sauri se alinea con un objetivo global urgente: garantizar la seguridad hídrica. Restaurar suelos, bosques, humedales y cuencas no solo mejora la salud del ambiente, sino que también garantiza acceso a agua segura y de calidad, y ayuda a prevenir enfermedades, inundaciones y sequías extremas.
Cuando un ecosistema está sano, el suelo retiene agua, los humedales la filtran y los acuíferos se recargan naturalmente. Restaurar estos procesos naturales es clave para la gestión sostenible del agua y para enfrentar la escasez creciente en muchas regiones del planeta.
Soluciones locales para una crisis global
Frente a la crisis del agua, las soluciones deben ser tan diversas como los territorios. Agua Segura impulsa estrategias adaptadas a las realidades locales:
-Restauración de humedales y riberas degradadas
-Manejo de cuencas hidrográficas con visión ecosistémica
-Recarga de acuíferos mediante infraestructura verde
-Mejora de la calidad del agua a través de prácticas regenerativas
-Acciones de WASH (Agua, Saneamiento e Higiene) en comunidades vulnerables
-Promoción de proyectos comunitarios de agua con participación local
Estas acciones responden a los lineamientos del ODS 6: Agua limpia y saneamiento propuestos por la ONU. Estas acciones responden a los lineamientos del ODS 6: Agua limpia y saneamiento propuestos por la ONU. proposed by the UN.
Soluciones basadas en la naturaleza para el agua
Frente a la crisis del agua, las soluciones deben ser tan diversas como los territorios. Agua Segura impulsa estrategias adaptadas a las realidades locales:
-La restauración de suelos aumenta la infiltración y previene la erosión
-Los humedales actúan como esponjas, reteniendo agua y captando contaminantes
-La reforestación ayuda a estabilizar el clima, reducir la escorrentía y fomentar la biodiversidad
Organismos como el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) reconocen estas soluciones como esenciales para aumentar la resiliencia frente al cambio climático.
Todos somos parte de la solución
El agua es un bien común, y su cuidado es una responsabilidad compartida. La responsabilidad corporativa del agua implica que el sector privado adopte medidas para minimizar su impacto hídrico, mientras que los gobiernos y las organizaciones de la sociedad civil deben articular políticas públicas, inversión y educación ambiental.
Desde Agua Segura creemos en el poder de las alianzas. Solo trabajando juntos podemos escalar soluciones que garanticen agua limpia, acceso equitativo y ecosistemas saludables.
Restaurar hoy para asegurar el mañana
Restaurar es mirar hacia el futuro con responsabilidad. Es entender que sin conservación del agua, no hay salud, ni desarrollo, ni justicia social. Cada acción suma: desde cuidar el suelo hasta proteger un humedal, desde reducir el consumo hasta impulsar una política pública.
Porque esta Tierra es nuestra casa. Y no hay otra.